Quien haya estado viendo las noticias recientemente se debe haber dado cuenta de que el mundo está muy cerca de la tercera guerra mundial. Contra esta situación, Lu y yo emprendimos Club Malvinas, el cual mientras que en apariencia es un club de música tiene un objetivo oculto que voy a describir en pocas palabras.
El nuevo año va a traer conflictos globales y derrumbes económicos, cortes de luz, supermercados vacíos, y aquello es solo el comienzo. Estamos considerando el cataclismo múltiple, condiciones climáticas extremas y la inversión de los polos, lo que conllevará al desplazamiento terrestre y mega tsunamis.
Detrás de la fachada de Club Malvinas hay una red de pensadores creativos que se extiende constantemente que creen que la unión hace a la fuerza y que hay soluciones a los desafíos ineludibles como por ejemplo la producción de alimentos, la seguridad de una vivienda y supervivencia en estos tiempos difíciles. Nuestro concepto de los centros de arte son granjas que utilizan un policultivo sustentable. A menos que podamos garantizar nuestras necesidades básicas de alimentos, vestimenta y vivienda, no podemos comenzar a disfrutar de las artes o de toda forma de trascendentalismo.
Toda la geografía del planeta está cambiando. Nuestra filosofía consiste en situar nuestras actividades de forma estratégica en áreas que toleren los cambios de la Tierra que se aproximan. Nuestro objetivo es impulsar a la civilización luego de la gran conmoción conducida por una contracultura con inclinación artística.
Si estudiamos un mapa de Argentina luego de la inversión de los polos, podemos observar que la nueva capital es San Luis.